Las alteraciones neuropsicológicas son disfunciones o cambios en el funcionamiento cognitivo, emocional y conductual del individuo causadas por lesiones o alteraciones en el sistema nervioso central. Estas alteraciones pueden tener un impacto significativo en la vida diaria, interfiriendo en aspectos como la memoria, el lenguaje, la atención, la percepción o la conducta social. Se observa comúnmente en personas que han sufrido traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares, enfermedades neurodegenerativas, trastornos del desarrollo o condiciones psiquiátricas.

¿Qué son las alteraciones neuropsicológicas?

Las alteraciones neuropsicológicas son disfunciones del sistema nervioso que afectan a las funciones cognitivas superiores. Estas funciones incluyen el pensamiento, la memoria, la atención, el lenguaje, la percepción y las habilidades ejecutivas, que son esenciales para la vida diaria y el comportamiento adaptativo. Cuando estas capacidades se ven comprometidas debido a una lesión cerebral, una enfermedad neurológica o un trastorno del neurodesarrollo, se producen dificultades que pueden variar en intensidad y forma, dependiendo del área del cerebro afectada.

La neuropsicología estudia estas alteraciones para comprender cómo el daño cerebral se traduce en cambios en el comportamiento y en las capacidades mentales. Las evaluaciones neuropsicológicas permiten detectar estas alteraciones mediante pruebas estandarizadas. Estas evaluaciones son clave para establecer un diagnóstico, diseñar planes de rehabilitación personalizados y mejorar la calidad de vida del paciente. Las alteraciones neuropsicológicas pueden presentarse de forma súbita, como ocurre tras un accidente, o desarrollarse progresivamente, como en enfermedades degenerativas.

¿Cuáles son las principales alteraciones neuropsicológicas?

Existen múltiples tipos de alteraciones neuropsicológicas, cada una asociada a áreas específicas del cerebro y con síntomas únicos. A continuación, se describen las principales, organizadas en subcategorías que te permitirán entender mejor en qué consisten y cómo afectan al funcionamiento cotidiano del individuo.

Trastornos de la atención

Los trastornos de la atención se manifiestan como dificultades para concentrarse, mantener la atención en tareas específicas o alternar la atención entre varios estímulos. Este tipo de alteraciones puede derivarse de lesiones frontales o parietales, y es común en trastornos como el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad), así como en casos de daño cerebral adquirido. Las personas afectadas pueden presentar distracción frecuente, dificultad para completas tareas, olvidos, y errores por descuido.

Alteraciones de la memoria

Las alteraciones de la memoria implican dificultades para almacenar, retener o recuperar información. Estas alteraciones pueden afectar diferentes tipos de memoria: memoria a corto plazo, memoria de trabajo, memoria episódica o memoria semántica. Son frecuentes en pacientes con enfermedades como el Alzheimer, en traumatismos craneoencefálicos o en casos de epilepsia. La amnesia anterógrada (incapacidad para formar nuevos recuerdos) y la amnesia retrógrada (pérdida de recuerdos pasados) son ejemplos comunes de estas disfunciones.

Disfunciones ejecutivas

Las disfunciones ejecutivas se refieren a las alteraciones en la capacidad para planificar, organizar, controlar impulsos, resolver problemas y tomar decisiones. Estas funciones están asociadas principalmente al lóbulo frontal del cerebro. Las personas con disfunciones ejecutivas pueden mostrar impulsividad, dificultad para seguir instrucciones, problemas para organizar tareas cotidianas y cambios de humor o conducta. Es un tipo de alteración común en trastornos como el daño cerebral traumático, el Parkinson y el TDAH.

Afasias

Las afasias son alteraciones del lenguaje causadas por daño cerebral, generalmente en el hemisferio izquierdo. Pueden afectar tanto la comprensión como la expresión verbal, la lectura y la escritura. Existen distintos tipos, como la afasia de Broca (dificultad para hablar, con comprensión conservada), la afasia de Wernicke (fluidez verbal pero con dificultad para comprender) y la afasia global (severas dificultades en todos los aspectos del lenguaje). Las afasias suelen aparecer tras un accidente cerebrovascular o lesiones cerebrales.

Agnosias

Las agnosias son trastornos en el reconocimiento de estímulos, pese a que los órganos sensoriales funcionen correctamente. Es decir, la persona puede ver, oír o tocar un objeto, pero no lo reconoce. Existen agnosias visuales (no se reconoce lo que se ve), auditivas (no se identifica lo que se oye) y táctiles (dificultad para reconocer objetos mediante el tacto). Estas alteraciones están asociadas con daños en áreas temporales y occipitales del cerebro.

Apraxias

Las apraxias consisten en la pérdida de la capacidad para ejecutar movimientos voluntarios y coordinados, a pesar de que no exista parálisis ni problemas sensoriales. Por ejemplo, una persona con apraxia puede tener dificultades para vestirse, usar utensilios o realizar movimientos aprendidos, como saludar o escribir. La apraxia suele ser consecuencia de daño en el hemisferio izquierdo y se observa frecuentemente en personas con lesiones cerebrales o enfermedades neurodegenerativas.

Trastornos visoespaciales

Los trastornos visoespaciales afectan la capacidad de percibir, organizar y manipular el espacio visual. Las personas con estas alteraciones pueden tener dificultades para orientarse en el entorno, juzgar distancias, copiar dibujos o leer mapas. También puede presentar negligencia espacial, en la que ignoran por completo un lado de su campo visual (usualmente el izquierdo). Estas alteraciones suelen estar relacionadas con lesiones en el hemisferio derecho, especialmente en el lóbulo parcial.

Trastornos del reconocimiento emocional

Estas alteraciones neuropsicológicas afectan la capacidad de reconocer emociones en los demás, especialmente a través de expresiones faciales o el tono de voz. Son comunes en pacientes con daño en áreas como la amígdala o la corteza prefrontal. Esta dificultad puede tener un impacto significativo en las relaciones sociales, ya que limita la empatía y la comprensión del contexto emocional de una interacción.

Alteraciones conductuales y emocionales

Muchas personas con alteraciones neuropsicológicas también presentan cambios en su comportamiento y estado emocional. Esto puede incluir irritabilidad, depresión, ansiedad, agresividad, desinhibición o apatía. Estas manifestaciones están relacionadas tanto con la ubicación del daño cerebral como con la forma en la que la persona percibe su propia condición y limita su adaptación al entorno. La afectación del lóbulo frontal, por ejemplo, está estrechamente vinculada a alteraciones en la regulación emocional y la conducta social.

Trastornos del desarrollo neuropsicológico

Incluyen condiciones como el trastorno del espectro autista (TEA), la dislexia, el trastorno específico del lenguaje (TEL) y otros síndromes relacionados con dificultades cognitivas o del aprendizaje. Estas alteraciones se manifiestan en edades tempranas y suelen requerir una intervención multidisciplinaria. Aunque no están causadas por lesiones cerebrales adquiridas, forman parte del espectro de alteraciones neuropsicológicas por su impacto en las funciones cognitivas y conductuales.