La memoria es una de las funciones cognitivas más esenciales para el ser humano. Nos permite registrar, almacenar y recuperar información para desenvolvernos en la vida cotidiana. Cuando esta capacidad se ve alterada, ya sea por enfermedades neurológicas, trastornos mentales o lesiones cerebrales, se hace necesario realizar una evaluación precisa y profunda. Es aquí donde entra en juego el estudio neuropsicológico de la memoria, una herramienta fundamental en el diagnóstico y tratamiento de problemas relacionados con el funcionamiento cognitivo.

Este tipo de evaluación permite identificar qué aspectos específicos de la memoria están afectados, cómo impactan en la vida diaria del paciente y qué estrategias pueden emplearse para mejorar el rendimiento cognitivo. A lo largo de este artículo, te explicamos en qué consiste este estudio, qué áreas analiza y cuáles son las pruebas más utilizadas por los profesionales de la neuropsicología.

¿Qué es la neuropsicología de la memoria?

La neuropsicología de la memoria es una rama de la neuropsicología que se centra en estudiar cómo funciona la memoria desde el punto de vista cerebral y cognitivo. Se basa en el conocimiento del cerebro, la psicología y la neurología para comprender cómo se almacenan, procesan y recuperan los recuerdos. Además, permite analizar cómo diferentes enfermedades neurológicas o daños cerebrales afectan a la capacidad de recordar información y realizar tareas cotidianas.

Esta disciplina no solo se ocupa de los déficits de memoria, sino también del desarrollo de estrategias de intervención y rehabilitación. Al comprender qué tipo de memoria está comprometida —ya sea la memoria a corto plazo, a largo plazo, episódica, semántica, o de trabajo—, los neuropsicólogos pueden diseñar programas personalizados de intervención que mejoren la calidad de vida del paciente.

Estudio neuropsicológico de la memoria: pruebas

Cuando se realiza un estudio neuropsicológico de la memoria, el profesional aplica una batería de pruebas estandarizadas para evaluar diferentes tipos de memoria. Estas pruebas permiten obtener un perfil cognitivo detallado, que ayuda a identificar patrones específicos de deterioro o funcionamiento. A continuación, te presentamos algunas de las pruebas más comunes utilizadas en estos estudios.

Test de Aprendizaje Verbal de Rey (RAVLT)

El Test de Aprendizaje Verbal de Rey es una de las herramientas más utilizadas para evaluar la memoria verbal. Consiste en la presentación repetida de una lista de palabras que el paciente debe recordar y repetir en varios ensayos. Posteriormente, se evalúa la memoria a corto y largo plazo, así como la capacidad de reconocimiento. Esta prueba permite analizar la curva de aprendizaje, la retención y la recuperación de información verbal.

Es especialmente útil para detectar alteraciones en enfermedades como el Alzheimer, donde la capacidad para retener nueva información verbal suele verse comprometida en fases tempranas.

Test de Memoria Lógica de Wechsler

Esta prueba forma parte de la batería WAIS (Wechsler Adult Intelligence Scale) y evalúa la memoria episódica verbal. Consiste en la narración de pequeñas historias que el paciente debe recordar inmediatamente y después de un periodo de tiempo. Se analiza tanto la cantidad de información recordada como la precisión en los detalles.

El Test de Memoria Lógica es muy útil para evaluar la capacidad de comprensión, atención y retención verbal, y se aplica frecuentemente en adultos mayores, personas con daño cerebral o sospecha de deterioro cognitivo leve.

Test de Figura Compleja de Rey-Osterrieth

Este test evalúa la memoria visual y la capacidad de organización perceptiva. El paciente debe copiar una figura compleja y, posteriormente, reproducirla de memoria tras un periodo de tiempo. Se analiza tanto la precisión como la estrategia utilizada para recordar la figura.

Esta prueba no solo mide la memoria visual, sino también habilidades como la planificación, la atención y la coordinación visomotriz. Es particularmente útil en la evaluación de pacientes con daño en los lóbulos parietales o temporales.

Test de Dígitos del WAIS

El Test de Dígitos, también incluido en la batería WAIS, evalúa la memoria de trabajo y la atención. El evaluador lee una serie de números que el paciente debe repetir en orden directo o inverso. Esta prueba mide la capacidad de retener y manipular información durante un corto periodo de tiempo.

Es una prueba rápida y eficaz que puede dar indicios de dificultades atencionales, fatiga mental o deterioro en la memoria operativa, como sucede en trastornos como el TDAH o la esquizofrenia.

Test de Parejas de Palabras

Este test mide la memoria asociativa verbal. El paciente debe memorizar pares de palabras (por ejemplo, “luna – árbol”) y posteriormente se le presenta una de las palabras para que recuerde su pareja. Es una prueba muy útil para valorar el aprendizaje y la memoria a largo plazo.

La dificultad de esta tarea puede variar según la relación semántica entre las palabras, y los resultados ofrecen pistas sobre la codificación y recuperación de la información verbal.

Test de Recuerdo de Historias o Narrativas

Además de las pruebas estandarizadas, algunos profesionales utilizan narraciones más naturales para evaluar la memoria. Estas pruebas consisten en contar una historia y luego solicitar que el paciente la recuerde. Se analizan tanto los detalles literales como la estructura general del relato.

Este tipo de prueba es útil para valorar cómo la memoria funciona en contextos más cercanos a la vida real, y permite observar el impacto del contexto, el lenguaje y la atención en el recuerdo de información.

El estudio neuropsicológico de la memoria es una herramienta indispensable en la evaluación de las funciones cognitivas. Gracias a una serie de pruebas cuidadosamente seleccionadas, los neuropsicólogos pueden identificar qué tipos de memoria están alterados, cuál es el origen del problema y cómo abordarlo de manera terapéutica.